Querida Abuela

No es solo el amor
de madre,
de esposa,
de abuela,
fueron tus manos
para hacer,
para consolar,
para rezar.

Cuantas noches rezaste,
lagrimas que Dios recogía
para llenar las nubes
alegría, besos y bendiciones.

Tu casa llena de un resplandor infinito,
alimento en abundancia,
para todas las almas que pasaron por tu casa.

Raíz de amor
terciopelo,
sonrisa
luz que brilla,
que ningún hombre o mujer llore tu partida,
querida abuela,
estás en el lugar prometido
en el corazón de Dios y de tus hijos
ramas con flores y frutos
que siguen sembrando la tierra
llévate una canasta
ojalá que los ángeles prueben el dulzor
de lo que cosechaste en vida.

En el filo del cambio

Poco a poco cae el afilado metal.

Lo inevitable es, que el estado natural del objeto cambie

se divida, se transforme, se convierta en algo nuevo.

Destruir lo antiguo, lo que era,

recibir la transformación, darle la bienvenida

sonreir sin maldad, dejar que el pasado termine de morirse

un instante sin culpa.

Una pequeña lección de Dios.

Un pedazo de tomate, y una vida con miedo al cambio.

Analogía absurda. Si

Lección en una salsa.

Me tomo un instante entender el propósito de la vida.