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Monday, March 24, 2014

No hay nada que temer

Cuando la incertidumbre acosa mis pensamientos siempre recuerdo la frase: "Si empezamos con seguridad, terminaremos con dudas. Pero si empezamos con dudas, terminaremos con seguridad." Desconozco al autor de esta frase. De todos modos agradezco haberla escuchado en un programa de televisión en mi infancia. Ha sido un mantra repetirla en cada ocasión que el miedo me paraliza al intentar hacer o decidir.

La primera vez que comprobé la veracidad de este mantra era apenas un niño de 6 o 7 años de edad, no recuerdo bien. Lo que si recuerdo es el reflejo de mi rostro en el agua, en la alberca donde cada fin de semana mis hermanas y yo disfrutábamos de las bondades de casa de la tía Margarita. Ahí estaba yo parado, inmóvil, con lagrimas secas en mi rostro y aturdido por tanta burla de los primos y tíos que me tildaban de "miedoso" por no querer pasar de las escaleras de la alberca. Ese día, no quise comer. Todos estaban disfrutando de hamburguesas caseras en la sala, mientras yo trataba de alejarme para no seguir escuchando la "carrilla". Me salí al patio donde estaba la alberca. Me pare en la orilla. Trate de imaginar ¿que pasaría si me aviento a la alberca yo solo desde aquí? He visto como nadan todos, y no pasa nada, ¿que podría pasarme? Así que visualice el clavado, medí mi impulso y mi objetivo, que fue llegar a la orilla para apoyarme en los escalones de la alberca. La distancia era corta. Nadie observaba pero si las cosas hubieran salido mal, tal vez escucharían mis gritos y alguno de los tíos vendría a mi rescate. Nada de eso sucedió. Por el contrario, después del primer clavado, siguió el segundo, pero ahora el impulso me llevo de orilla a orilla en la parte mas corta de la alberca. Así sucesivamente hasta que el miedo desapareció por completo, seguro de mis capacidades y decidido a demostrarles a todos que ya no podían burlarse de mis miedos, porque "ya sabía nadar".

Empece con inseguridad, miedo y angustia. Termine con seguridad en mi mismo, y la satisfacción de vencer. Así nada mas, de vencer, con la victoria insignificante para todos, pero el logro mas grande para mi.

Desde entonces todo ha sido igual. La vida ha sido mi alberca. Los miedos son los mismos potenciados por los contextos que no se pueden controlar porque obedecen a terceros, pero de igual manera encienden esa parte de mi que me paraliza.

Luego entonces digo: Estoy inseguro pero...estoy cierto que si lo imagino y lo hago terminare con seguridad. Adaptarte y seguir. Es el mayor legado que puedo dejarle a quien viene después de mi. Ya de la vida y otros miedos aprenderá otros mantras y otros métodos. Pero esto es lo que yo tengo para el, una insignificante lección de vida que se, le aportara valor a su experiencia cuando el miedo sea mas fuerte, cuando las voces sean crueles, cuando deba enfrentarse con el peor de los monstruos o demonios ,y peor aun, contra si mismo.




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