Hay días como hoy que no quiero hacer caso de nada, solo quiero escribir.
Desearía que escribir fuera suficiente para tener a todo mundo contento, ganar dinero, ganar amigos, ganar tiempo, ganar-ganar. Pero las historias de quienes dedicaron sus noches o sus mañanas a escribir como modus viviendi desmienten el anhelo utópico de la escritura como refugio y profesión.
-El traumático y gratificante placer de la escritura.
Inventarme. Otra vez. Ahí es donde la palabra me sirve. Ayuda a descodificar el lenguaje de los demonios que revolotean mis días.Huir es evadir. Evadir es entender que el problema es mas fuerte que tu y que irremediablemente saldrás herido, tarde que temprano. Es medir tus fuerzas, calcular el riesgo, darte cuenta que perderás sin que puedas resistirte.
Entonces salta la palabra. Tomas tu barco y saltas al mar de la imaginación que navega por la costa racional, siempre segura. Conforme se llena la hoja, los vientos cambian el rumbo. Decides que las emociones viren ciento ochenta grados hacia mares profundos, oscuros, donde la tormenta es inevitable, si no estas preparado, destruye la nave hasta hundirla, te arroja a la inmensidad, y si no estas preparado puede ahogarte...ahogarte como figura retórica y lugar común.
Luego la palabra lleva otros riesgos. Escribir es mostrarte. Es dejar que los buitres encuentren tus palabras, le den vueltas, como encontrando un pedazo de carne putrefacta para devorar. En el mejor de los casos los buitres te ignoran. Afortunadamente la palabra puede tener algo de vida, y a los buitres solo les gusta la palabra que después de recorrer desiertos de ideas, cae muerta.
El silencio es parte de la palabra. Remedio infalible contra el bullicio. Maldito bullicio. ¿Quien en su sano juicio vive con todo este ruido? ¿será el miedo a la muerte que nos provoca encimarnos de ruidos, llenarnos de platicas snob, música, televisión, promocionales de altavoces anunciando el gas (porque me venden gas todos los días si solo lo necesito una vez por mes?) virtualidad-vanalidad etc.
Por unos momentos soy libre. Mis ideas son libres. Son mías, este espacio donde escribo es "ego friendly" Basta de escribir. El cafe ya casi se acaba, el dinero no llega solo, y a nadie le importa que un día decidí no ser escritor, mejor me dedique a resolver la vida.
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